El crecimiento y desarrollo desde la edad infantil está ligado a una correcta funcionalidad del sistema endocrino.
Las alteraciones de algunas de las glándulas, como la hipófisis o el tiroides, pueden provocar enfermedades como el Enanismo o la Idiocia por falta de desarrollo del sistema nervioso central.
Todas las funciones del organismo se encuentran reguladas por dos sistemas de control fundamental: el nervioso y el hormonal o sistema endocrino. En general, el sistema endocrino se relaciona sobre todo con las diversas funciones metabólicas del organismo.
Por otra parte, existen múltiples interrelaciones entre estos dos sistemas. Por ejemplo, la médula suprarrenal y la hipófisis posterior secretan sus hormonas sólo como respuesta a estímulos nerviosos. A su vez, las diferentes hormonas hipofisarias controlan el funcionamiento de la mayor parte de las glándulas endocrinas.
El sistema endocrino está formado por un grupo de órganos llamados glándulas de secreción interna cuya función principal consiste en producir hormonas y secretarlas al flujo sanguíneo. La función de las hormonas consiste en actuar como mensajeros, de forma que se coordinen las actividades de diferentes partes del organismo.
Los órganos principales del sistema endocrino son el hipotálamo, la hipófisis (glándula pituitaria), la glándula tiroides, las glándulas paratiroides, los islotes del páncreas, las glándulas suprarrenales, los testículos y los ovarios. Durante el embarazo, la placenta actúa como una glándula endocrina además de cumplir con sus otras funciones específicas.
A veces, la hipófisis es también llamada “glándula regidora”, porque coordina muchas funciones de las demás glándulas endocrinas. Algunas hormonas hipofisarias tienen efectos directos, otras solamente controlan la velocidad con la que diversos órganos endocrinos secretan sus hormonas. La hipófisis controla la tasa de secreción de sus propias hormonas a través de un mecanismo conocido como “retroalimentación”, en el cual los valores en la sangre de otras hormonas indican a la hipófisis si debe disminuir o aumentar su producción. No todas las glándulas endocrinas están bajo el control de la hipófisis; algunas responden de forma directa o indirecta a las concentraciones de sustancias en la sangre:
Muchos órganos secretan hormonas o sustancias semejantes a hormonas, pero generalmente no son considerados como parte integrante del sistema endocrino. Algunos de estos órganos producen sustancias que actúan únicamente en las zonas más cercanas al punto de su liberación, mientras que otros no secretan sus productos dentro del flujo sanguíneo. Por ejemplo, el cerebro produce muchas hormonas cuyos efectos están limitados al sistema nervioso principalmente.